
Nunca me habia sucedido esto de extrañar a las personas, quizás es porque nunca habia tenido discusiones con amistades, quizás nunca habia tenido una amistad que importara o las habia considerado todas como barcos a la deriva. Depende de la marea si vienen o no.
Ahora, después de recuperar el habla con una amiga de la infancia tras haber tenido una discusión que resultó en un silencio de un año, entiendo que aunque las cosas nunca vuelvan a ser iguales, hay un sentimiento de ternura que subyace en el fondo.
Cuando me pongo a rememorar algunas otras amistades con quien poco o nunca converso, o quizás lo hago por cordialidad (¿quién lo hubiese imaginado?), me sorprende el curso que toman las cosas. De compañeras de afición a un abrazo breve en el pasillo. De amigas desde preescolar a un "no puedo creer que estudies en la misma universidad que yo, que simpatico". De admirar a una persona hasta el punto de ser intimidada a pensar que una amistad se convirtió en una competencia de atención que, por cierto, perdí. De "esto viene de Colombia y Puerto Rico" a "tu nueva mejor amiga se llama igual que yo".
Todo cambia y no desearía alterar ningun aspecto de mi vida pero a veces es divertido hacer reminiscencia para ver que el status quo es lo único tangible que tenemos y lo único que nos queda de éso, es la forma como nos hace sentir.