31 de julio de 2008

La casa chiquita.

Es tan fascinante observar como todo cambia. Las cosas que antes nos parecían bien, ahora no la toleramos. Son los giros curiosos que toma la vida, como esos lugares que parecían enormes y al crecer observamos que no eran infinitos.

En realidad, lo que me pareció increíble a mi es ver como algo que me producía miedo y dolor ya es tan sólo fastidioso. Me estoy refiriendo a dos cosas: las inyecciones y los taladros de los odontólogos.

Yo lloraba a todo pulmón para evitar sacarme la sangre en los laboratorios, me parecía que ese era el peor dolor del universo. También era el mejor medio de mis padres para asustarme.

-Bueno hija, si te sientes muy mal entonces vamos a sacarte la sangre y vemos que te sucede.
-No importa, esta bien. Yo voy al colegio.

Pero el taladro del dentista, es el sonido más frío y aterrorizante del mundo, sobretodo el efecto que causa el ruido desde la sala de espera y, aproximadamente, dos segundos antes de que toque tu diente. Peor es, si viene acompañado de lloriqueos y gritos de otros niños que están dentro del consultorio mientras tu esperas.

Ahora, más es el fastidio de mantener la boca abierta con la máquina succionadora de saliva cuyo propósito es absorber todo líquido hasta quedar exageradamente seca y con unas ansias locas de tragar.

Todo cambia, nosotros y la forma en que vemos el mundo. Las jeringas y los taladros ya no asustan ni duelen tanto como antes, le ceden el puesto a otros miedos más complejos. Y la casa aquella que te parecía tan gigantesca, ya se volvió mucho más facil de recorrer.

30 de julio de 2008

Ya va, espera...

Una espera... es inevitable. El mundo nos propone a los seres humanos una vida rápida donde siempre estaremos pidiendo un minuto más. Sin embargo, durante la misma nos hace pasar por muchos períodos de calmada e impaciente espera.

"A mi nunca me han hecho esperar" diría un arrogante, pero está en lo equivocado. Desde que nacemos tenemos nuestro plazo de nueve meses que debemos aguantar para respirar y llorar por primera vez.

Salas de espera de consultorios, filas en conciertos para ver a un artista, jefaturas civiles en busca de un documento necesario, la respuesta de una chica que te dijo que "lo pensaría", una hora de salida que se retrasa por un ferry que parece nunca llegar, la pestaña en el messenger que te avisa que tu amigo "está escribiendo" y los puntos suspensivos en un mensaje que te dejan deseando más.

Todos hemos esperado alguna vez, con ansias y otros más con desespero, pero al final todo llega. La espera se acaba y muchas veces terminas pidiendo ese minuto más.

14 de julio de 2008

Baile de la vida.

Etapas, toda la vida se vive por etapas. Naces, desarrollas, reproduces y mueres; no se puede esperar más que eso. Es imposible quedarse en un estado constante, sin avanzar o regresar al punto inicial porque ni siquiera la vida misma es una constante. Todos estamos destinados a tener nuestra etapa final.

Un escalón a la vez, un camino en subida, o quizás en bajada, dependiendo del rumbo que lleve tu estilo de vida. En fin, "todas son etapas". Lo coloco entre comillas para acentuar que no es una frase mia, y de nadie que me venga a la mente, sino de todos. Una breve oración que ha salido de la boca de muchas personas a las cuales he escuchado, claro está que escuchar no significar hacerle caso.

Momentos que se esfuman, otros que llegan. Una mezcla donde el espacio y el tiempo se congelan para darnos cuenta, en ese sólo instante, de lo que éramos y en lo que nos hemos convertido. Pero sobretodo, en lo que esperamos ser.

Yo detesto congelar el tiempo para analizar los pasos que he dado, prefiero seguir el ritmo como una pieza de baile, apreciando cada movimiento. Asi no siento tan marcadas las etapas y no pierdo mi esencia, esa tradición de siempre soñar que mañana sucederán cosas increíbles.

Siempre bailando, siempre hacia adelante, pero bailando.

6 de julio de 2008

Regálame una rosa.

Me encanta esta canción, es una traducción de la original en italiano. Se llama Ti regalerò una rosa de Simone Cristicchi.

Te regalaré una rosa
Una rosa roja para pintar cada cosa

Una rosa para cada lágrima tuya que consolar

Y una rosa para poderte amar

Te regalaré una rosa

Una rosa blanca como si fueras mi esposa

Una rosa blanca que te sirva para olvidar

Cada pequeño dolor


Me llamo Antonio y soy un loco
Nací el 54, y vivo aqui desde que era un niño
Creía que hablaba con el demonio
Asi me han encerrado cuarenta años dentro de un manicomio
Te escribo esta carta porque no sé hablar
Perdona la caligrafía de primero básico
Y me sorprendo si siento de nuevo una emoción
Pero la culpa es de la mano que no deja de temblar

Yo soy como un piano con una tecla rota
El acorde disonante de una orquesta de borrachos
Y dia y noche se parecen
En la poca luz que traspasa los vidrios opacos
Me hago otra vez debajo porque tengo miedo
Por la sociedad de los sanos siempre hemos sido basura
Peste de orina y aserrín
Esta es una enfermedad mental y no existe cura

Te regalaré una rosa
Una rosa roja para pintar cada cosa

Una rosa para cada lágrima tuya
que consolar
Y una rosa para poderte amar

Te regalaré una rosa

Una rosa blanca como si fueras mi esposa

Una rosa blanca que te sirva para olvidar

Cada pequeño dolor


Los locos somos signos de interrogación sin frase
Miles de astronaves que no vuelven a la base
Son de los muñecos de nieve secándose en el sol
Los locos son apóstoles de un Dios que no los quiere
Me fabrico la nieve con el poliestireno
Mi patología es que me dejaron solo
Ahora toma un telescopio y mide las distancias
Y mira entre tu y yo, ¿Quien es más peligroso?

Dentro de los pabellones nos amabamos a escondidas
Recortando un rincón que fuera sólo el nuestro
Recuerdo los pocos instantes en que nos sentíamos vivos
No como las carpetas clínicas amontonadas en los archivos
De mis recuerdos serás el último en esfumarse
Eres como un ángel conectado a un radiador
No obstante todo yo te espero todavía
Y si cierro los ojos siento tu mano que me roza

Te regalaré una rosa
Una rosa roja para pintar cada cosa

Una rosa para cada lágrima tuya
que consolar
Y una rosa para poderte amar

Te regalaré una rosa

Una rosa blanca como si fueras mi esposa

Una rosa blanca que te sirva para olvidar

Cada pequeño dolor

Me llamo Antonio y estoy en el techo
Querida Margarita, hace veinte años que te espero
Los locos somos nosotros cuando nadie nos entiende
Cuando también tu mejor amigo te traiciona
Te dejo esta carta, ahora debo irme
Perdona la caligrafía de primero básico
¿Y te sorprendes de que sienta de nuevo una emoción?

Sorpréndete de nuevo porque Antonio sabe volar.


3 de julio de 2008

Abre los ojos e inicia tu sueño.

Creo que de toda la trama del film norteamericano Moulin Rouge me quedó sólo un pedazo de sus canciones: "Why live life, from dream to dream, and dread the day when dreaming ends", que se traduciría en "Por que vivir la vida, de sueño en sueño, y temer el dia cuando el soñar termine".

Yo pelearía contra cualquier persona que intente decirme que soñar está mal. Soñar es más que un simple juego de pensamientos, son las expectativas, emociones y metas que le dan el brillo a los ojos. Son las cosas que siempre has deseado, y que constamente anhelas.

Es la razón por la que un niño vive despreocupado, tiene todo el tiempo de su vida para ser astronauta. Es la razón por la que un adulto se siente frustrado, se le acorta cada vez más vida y está tan ocupado que ni recuerda por que quería llegar a la luna.

Pero no se puede pasar toda la vida en un sueño, ahí es donde está lo equivocado. Donde nacen tantas metas frustradas y recuerdos felices que se opacan con la nostalgia de las cosas que pudieron ser, del sueño que tuviste y nunca se realizó.

Mis sueños ya llegaron al momento donde se deben cumplir o desechar en el intento. Me preguntas si eso es lo que de verdad quiero hacer, pues si, siempre fue mi sueño. No temeré el dia en que este sueño se acabe por haberlo realizado, en ese momento, nacerá otro más grande. Y el soñar nunca terminará.

Construye tus sueños, no sirve de nada gastar tu imaginación si no lo haces.
La luna no está tan lejos.