29 de junio de 2008

Mi agradecimiento especial.

Me siento a veces a pensar como te sentirás tu. Aquella que sino hasta ahora es cuando sé comprender tus sentimientos. Que ahora, en este punto de mi vida, comienzo a conocer todas las opiniones e ideas que tienes acerca de tantas cosas. Lo acertadas que son algunas, lo tristes que son otras.

Ahora es que comienzo a entender la falta que te hizo alguien, que todavia te aferras a una grabación de voz para tener su recuerdo presente. Ya entendí por que nos susurrabas esas palabras que podrían carecer de sentido, pero que a ti te tocan en el fondo, tanto como para hacerte derramar una amarga lágrima entre risas, en medio de un almuerzo.

Comprendo muchas conversaciones que me hacían pensar que ya sabía todo eso que me decias, pero al final, el único lugar donde recuerdo haber aprendido esas lecciones son tus palabras.

Me siento a pensar a veces que harás en las noches sola, con un libro de letras grandes y no más de dos centenas de páginas, con aquellos lentes que delatan que tu reloj biológico no deja de correr. Aquellas noches cuando veias a tu alrededor y te encontrabas sola, aún si tenías una casa llena de personas, algunas ocupadas esperando su turno para acostarse y otras ya encerradas, esperando que Morfeo hiciera su aparición.

¿Te sentías sola?, esa es mi duda. ¿Ahora te sientes más sola?, me pregunto. ¿Tu vida te hace feliz o te has resignado al llenarla con sueños frustrados?, es la incógnita que me hace temblar en este momento.

Espero ser lo suficiente para que te sientas orgullosa de mi, que sepas que te comprendo en cada momento y que si he de admirar a alguien, es a ti. Que cuando pienso en la persona que más me dolería perder en todo el planeta, sería a ti. Que sólo estar escribiendo estas palabras me encierra la garganta en un nudo y me moja los ojos con lágrimas que, por innecesarias, no dejo salir.

Gracias por haber estado ahí siempre, aunque ahora es que lo comprendo y puedo agradecértelo. Si tengo que agradecer algo a Dios, eres tú.

Te amo, aunque nunca te lo haya dicho así.

20 de junio de 2008

Las coincidencias que asustan

En este mundo, las coincidencias que suceden son muy extrañas. Yo siempre he tenido dos conceptos contrastantes de que nada está escrito, pero que las cosas tampoco pasan por casualidad.
Entonces, sencillamente decido no inclinarme a creer en algo, sino aceptar ambas teorías. Aunque hay días como hoy, que apoyo más una que otra.

Ya ha sucedido antes, que las casualidades han generado curiosidad en lo oculto y desconocido. Por ejemplo, Morgan Robertson escribió en 1898 una novela en la que describía el primer viaje de un gran transatlántico llamado Titán y que se consideraba "insumergible". Aquel barco se hundió una noche de abril después de chocar con un iceberg en el Atlántico. Catorce años después, se hundió el famoso Titanic. ¿Asusta un poco, no?

Los dèja vú dan miedo por lo acertados que pueden parecer, pero siempre queda la sensación de "haberlo soñado", no tanto vivido. A mi me suceden pequeñas coincidencias, cómo estar escuchando la misma canción que alguien que está a distancia y enterarme en el momento. O también escuchar una canción, pensar en una persona de mi familia y escribirle para enterarme, 5 segundos después de enviado el mensaje, que ya me estaba escribiendo.

Son tonterías, cómo adivinar lo que la otra persona está a punto de decirme. Quizás no causen que prediga la muerte de miles de personas, lo que espero que nunca suceda. Pero son estas pequeñas cosas, que causan risa y crean esas pequeñas anécdotas que nunca sabrás explicar.

19 de junio de 2008

Kiwi pensamiento: Al escribir.


Siempre batallo contra el teclado por no saber cual de los dos tiene la razón, si lo que escribo o las miles de ideas que pasan por mi cabeza que también quieren ser escritas.


Kiwi Feliz.

Palabras que flotan.

Flota, flota y flota. Los segundos pasan y aunque el tiempo avanza, porque el reloj lo dice, parecen minutos muertos. Donde todo transcurre con normalidad pero tu mente no lo sigue, tu cerebro no dejó que las neuronas apreciarán algo más que su propio material.
Es ese tiempo cuando te dedicas sólo a pensar, sin prestarle atención a lo que sucede a tu alrededor.

Algunos lo llamarían un momento de relax, claro está, por su definición parece serlo. Lo penoso es que suceda en medio de un salón de clases, ahí ya se define como "no estar concentrado". Pero pregunto yo, ¿cómo hago si no logro entrar en la corriente?.

¿Será que su voz es monótona?, o que sencillamente no me inspira simpatía. Será que no tiene capacidad para manejar un salón de clases, porque conocimientos de su materia si tiene. Si, creo que es esa. Porque mientras yo me cierro dentro de un mar de pensamientos, el resto del salon los exterioriza mediante susurros. Algún otro escucha música, subiéndole el máximo de volúmen como para hacer saber que tampoco le presta atención a la clase. Oh, eres rebelde.

Aun así, todavía me sorprende la capacidad que tiene el cerebro de presenciar eventos y escuchar palabras para ignorarlas absolutamente. No sé si en este caso sea falta de concentración o la culpa venga del lado más cercano del pizarrón.

Para mi, esos momentos en el tiempo son lecciones vacías.

14 de junio de 2008

Tu ánimo en una imagen.

No es tan difícil reflejar como te sientes en una foto. Si te sientes bien, buscas una carita feliz; si es lo opuesto, pues una cara triste. Así es el proceso, simple.

Claro esta, es sencillo hasta que sale el gran “pero” a cuestionar la situación, y aquí viene… “Pero es que los humanos no somos simples”.

Si, así mismo es. No somos sencillos, no podemos ser la “chica feliz” o el “chico infeliz” todo el tiempo, ya que siempre hay un porqué para nuestros estados de ánimo. Si el chico está infeliz, quizás es que salió mal en un examen importante; si la chica esta feliz, es porque tiene un novio nuevo. Cambiara todo eso cuando el chico salga bien en clases y la chica tenga una decepción amorosa. Entonces, ahí vemos que el ánimo no es constante. Entonces elegir una foto para expresar lo que sentimos tiene que ser un proceso variable con nuestro estado de ánimo.

Pero la posibilidad de conseguir una imagen que le pueda decir al mundo como yo me siento, creo que es imposible. Primero por el hecho de que los sentimientos son muy complejos y captar todos en una foto sería increíble. Segundo, porque cada interpretación es subjetiva, aunque algunas puedan asemejarse a mi propia percepción, nunca serán exactas.

Se preguntarán el porqué de este tema tan inesperado, y es que en Facebook agregué la opción de “Mi ánimo en imágenes” (My mood in pictures), y creo que si la foto no tuviera la leyenda que la acompaña, nadie nunca descifraría como me siento.

Te pregunto, ¿cuál crees que fue mi estado de ánimo cuando coloqué la imagen de esta entrada?

10 de junio de 2008

Un espectáculo de labor.

Mujeres con bustos de silicona, bailes extravagantes y música a todo volumen. No me refiero a ningún sitio de presentaciones como Broadway, Las Vegas, ni tampoco a lugares de iguales recursos pero instintos más bajos. Estoy hablando de mi nuevo trabajo.

Sé que la introducción parece un poco perversa y da una impresión equivocada de las cosas que se hacen en ese lugar, pero créanlo o no, trabajo en una estación de radio. Las personas son un poco extravagantes pero al final del día, siempre cómicas.

Es un ambiente más ligero que un periódico, por lo que cuentan ya que nunca he trabajado en uno. Al mismo tiempo, aprendo bastante del medio de comunicación al que menos le he prestado atención en toda mi vida.

Quizás son los prejuicios de entrar en un lugar donde tratarás con locutores que hablan de cosas que a uno no le interesan y saturan de publicidad los espacios, quizás fue porque siempre usé la radio para escuchar música, pero en pocos días que llevo me voy adaptando y me gusta.

Se siente muy bien poder manejar cuales canciones van a incluirse, aunque mejor es escuchar todo lo que redactas la noche anterior ser leído por un locutor, y claro, mejor que todo eso es escucharle decir tu nombre en la radio. Y esta vez, no es porque alguien me está enviando saludos con un mensaje de texto.