19 de junio de 2008

Palabras que flotan.

Flota, flota y flota. Los segundos pasan y aunque el tiempo avanza, porque el reloj lo dice, parecen minutos muertos. Donde todo transcurre con normalidad pero tu mente no lo sigue, tu cerebro no dejó que las neuronas apreciarán algo más que su propio material.
Es ese tiempo cuando te dedicas sólo a pensar, sin prestarle atención a lo que sucede a tu alrededor.

Algunos lo llamarían un momento de relax, claro está, por su definición parece serlo. Lo penoso es que suceda en medio de un salón de clases, ahí ya se define como "no estar concentrado". Pero pregunto yo, ¿cómo hago si no logro entrar en la corriente?.

¿Será que su voz es monótona?, o que sencillamente no me inspira simpatía. Será que no tiene capacidad para manejar un salón de clases, porque conocimientos de su materia si tiene. Si, creo que es esa. Porque mientras yo me cierro dentro de un mar de pensamientos, el resto del salon los exterioriza mediante susurros. Algún otro escucha música, subiéndole el máximo de volúmen como para hacer saber que tampoco le presta atención a la clase. Oh, eres rebelde.

Aun así, todavía me sorprende la capacidad que tiene el cerebro de presenciar eventos y escuchar palabras para ignorarlas absolutamente. No sé si en este caso sea falta de concentración o la culpa venga del lado más cercano del pizarrón.

Para mi, esos momentos en el tiempo son lecciones vacías.

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