14 de febrero de 2008

Feliz día, amiga.


Escribo esto porque se que no lo leerás.

Lamento haberte defraudado de esa forma, es increíble lo mucho que puedes significar a una persona sin darte cuenta.
Extraño cuando las cosas eran más simples. Quizás de verdad nunca lo fueron. Lo cierto es que estuve completamente errada: no se puede conservar una amistad sin comunicación. ¿Cómo pude pensar que sin verte, ni escribirte, todo estaría bien?
No es así. No se porque pensé que podría serlo.

Toda la experiencia de sentir como una amistad casi desvanece me ha hecho revolotear nombres en mi consciencia.
Nombres, momentos, lugares, etapas de mi vida. Sobretodo las personas que estuvieron ahí en ese entonces.
La teoría dice algo más o menos como que la energía no se crea, ni se destruye, sólo se modifica, cambia, transforma.
¿Eso mismo sucede con el cariño?, que la intensidad de algo que parece una amistad eterna se altera. No se destruyó, sólo cambio. Cambió y se transformó en algo diferente, menos eterno. Me ha sucedido en tantas ocasiones.

¿Dónde quedaron las promesas?
Ni idea. No sé conservarlas.

Tomaré este día como la excusa idónea para marcar una pauta.
Prometo que conservaré algo.

Feliz día de la amistad y el amor.

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