
En mi caso, las pocas veces que he tenido que tener una, caigo en pánico. No es por poco disimulo, es más bien mi naturaleza impulsiva la que se antepone a aquella frialdad calculadora que toda persona con una hidden agenda debe tener. Es imposible para mi dejar atrás mi impaciencia para maniobrar un plan maestro, simplemente caigo en el desespero.
Por casualidad me he dado cuenta de tantas páginas de las agendas ocultas de las demás personas, y en pocas pero dificiles ocasiones, noté como algunas de mis amistades pecaban por ilusas. Ignorantes de esas páginas de las demás personas que a ellos les afecta y, peor que eso, me he visto sucumbir ante la impotencia de no poder mostrar esas notas que tanto podrian ayudar a unos salir de sus tormentos.
Así me mantengo, esperando como un simple observador de los eventos, sabiendo que si muestro mis cartas tendría que formar parte de un juego que no me corresponde jugar. Pero no me preocupo, al final todo cae por su peso.
2 comentarios:
Y a parte de eso, entre cielo y tierra, no hay nada oculto :)
Buen blog luci, me encanta!!
Roci!
bueno s cierto, las agendas ocultas, aunq no soy d los q c callan las cosas siempre ay una q otra d estas agendas
FJ!
Publicar un comentario