Sigamos en nuestro carnaval.

Quizás no debería estar escribiendo esto, pero es inevitable para mi luchar contra mi voluntad. Sobretodo cuando hoy prometi que sólo le obecedería a ella, esa pequeña voz que se opacaba detrás de la diplomacia. Al diablo con lo políticamente correcto; dicho eso, prosigo.

Hoy decidí dejar de mostrar casos generalizados y enfocarme en un hecho aislado particular, en una persona que me inspira, que me hace sentir identificada en muchos aspectos de su personalidad y que ha aportado a hacer la universidad más llevadera.

Es una chica que se disfraza sólo para no mostrar vulnerabilidad, pero su personalidad prevalece sobre cualquier acto enmascarado que realice. Aunque al principio me intimidó su fuerte presencia, su excesivo humor negro y tantos comentarios sarcásticos, me di cuenta que aquello que yo pensaba en voz baja ella lo decia a toda voz. Con esas agallas ganó fácilmente mi respeto.

Con el pasar del tiempo fuimos bajando nuestros escudos: las sonrisas, las cejas alzadas y los comentarios precisos. Descubrimos que eramos personas más cálidas detrás de la indiferencia que preferimos mostrar dia a dia. Asi mismo pasamos muchas cosas juntas: nos unimos, nos distanciamos, siempre estuvimos para la otra sin estarlo. Siempre supe que podía contar contigo.

Hoy en día brillas diferente. Me alegra verte feliz, complacida con las cosas que la vida ha sabido regalarte y embarcada en un proyecto de increible compromiso, pero sé que lo lograrás.

Te deseo suerte en todo y sólo quiero que sepas que mientras tu escuchabas "I'm with you", yo te escribía esta entrada.